La leyenda cuenta cómo Dios, hace tiempo, se enfadó con la Humanidad por su injusticia, y cómo la castigó por ello. Pero un humano se rebeló y derrotó a Dios, de cuyo cuerpo brotó niebla, como si de sangre se tratase, por toda la Tierra. De la niebla nacieron nuevos dioses que se dedicaron, únicamente, a observar a los humanos, mientras el verdugo de Dios desaparecía en la leyenda.
Así era, hasta que fue encontrado por un ambicioso país, en un joven muchacho llamado Yorun. Ahora huye, con su guardián Goshizoku, hacia un destino incierto, perseguido por el cómico Yanuesu y el peligroso Yurugaha, habitantes de las grandes islas Eden que flotan sobre la Tierra.
Mientras, una joven chica, que guarda un secreto, lo vigila silenciosamente.